Primer Módulo

Lugar: Museo Nacional de Colombia
Bogotá D.C., 1 al 3 de Agosto de 2008



Primera Sesion


Apuntes sobre el proceso dentro del laboratorio

Por Jaime Enrique Barragán -  Colectivo Otro

 (Agosto 17 de 2008)


El siguiente texto parte de las experiencias personales que he venido teniendo dentro del trabajo realizado dentro del  laboratorio. Creo que tal y como implica el nombre del proyecto: Espacios de intercambio Gestual este laboratorio me ha permitido tener un acercamiento al campo de las discapacidades, así como con personas, hombres y mujeres: artistas, educadores, terapeutas, psicólogos que de una u otra forma intervienen en el trabajo con y entorno a la discapacidad, y que de una u otra forma se relacionan con y desde el cuerpo en su trabajo

En mi caso debo confesar que es la primera ocasión en la  que asumo la responsabilidad de pensar el trabajo artístico en relación con las discapacidades, igualmente, la experiencia propia del encuentro cercano con cuerpos diferentes, en los que la relación ausencia y presencia cobra otros significados, es para nueva para mi.

 Uno de los aspectos que me llevó a aceptar la invitación como participante dentro del colectivo Otro en este proceso, radica en la importancia del cuerpo, en como  durante los últimos años ha venido tomando una posición central dentro de mi trabajo. El cuerpo y su relación con la educación, lo político, así como su presencia y lo que implica dimensionar el campo de la acción desde una perspectiva amplia, en la que concibo el cuerpo como fuente y receptor de los procesos educativos (en un sentido amplio). Así mismo, la coincidencia afortunada de encontrar en otras personas interés similares en los que el acto educativo se aprecia desde una perspectiva creativa que relaciona arte y  educación.

Este conjunto de intereses comienza a entrar en dialogo con un momento coyuntural en el que la discapacidad empieza a ser objeto de revisión, así como de creación de políticas y acciones que permitan  y validen el discurso de la inclusión dentro de un momento en el que abundan con mayor fuerza las acciones dirigidas a grupos focales de la sociedad: políticas de genero, LGBT, juventud, adulto mayor, etc, que entiendo como necesarias, pero que de cierto modo me interrogan sobre la continua fragmentación y especialización del campo de lo público. Es extraño y de paso comprensible que las acciones interdisciplinarias, de las que el arte forma parte, incidan en  poblaciones cada vez más diferenciadas y fragmentadas. Y que en medio de esto aparezcan con fuerza discursos de lo políticamente correcto, de la democracia y otros aspectos, que si bien actúan como motor, como punto de llegada -ideal- pueden llevar a acciones cada vez más superficiales, en las que además se mezclan   los prejuicios y criterios personales. Para el caso trató de poner en dialogo y revisión los míos.

Los del lenguaje

Durante el desarrollo del laboratorio he tenido varios momentos en que me he visto cuestionado por el uso del lenguaje, por la precisión  necesaria al trabajar con personas con algún  tipo de discapacidad. Al dar instrucciones con términos como: caminar, cerrar los ojos, a personas que están en silla de ruedas o que son invidentes. Me cuestiono,  esto gracias a las observaciones echas por otros participantes del laboratorio.

Hasta dónde si digo caminar cometo un error, hasta dónde la persona en silla de ruedas hace del uso que le da a esta su forma de caminar. Es mejor el término, moverse o tal vez desplazarse. Ocurre entonces que para trabajar con una población específica se deben utilizar términos  “más generales”. Aunque en ocasiones me queda la sensación que las observaciones tienden a  tener un componente de caridad o consideración por ese  otro, cosas que no es mala, y que de alguna manera alude a la posibilidad de herir a quien participa del taller en condiciones físicas distintas.

Esto se configura en un reto personal y en un aprendizaje necesario, que contribuye a un mejor desarrollo de futuras acciones con la población en discapacidad

Los de la indiferencia

A menudo creo que el no tener contacto frecuente con personas en discapacidad termina por alimentar cierta indiferencia, común hacia  otros grupos poblacionales. En     ocasiones siento que cierta crueldad aparece en mí como respuesta y oposición a una oposición lastimera de la que trato de cuidarme. No me interesa sentir lástima  ni pensar que las personas en discapacidad no pueden valerse por si mismas, adaptarse y construir su propio proyecto de vida. Sin embargo, este argumento es ligero y cómodo en la medida en que nace desde una posición externa y ajena a la discapacidad,  y ya que dentro de los cánones de la normalidad podría decirse que no me aqueja ninguna. Mi  punto de vista prácticamente carece de valor. Por  eso, y en razón de la búsqueda del equilibrio trato a las personas como personas más allá de si existe o no una discapacidad.    

Los de la “pertenencia” a determinada clase social

Al escuchar el trabajo que se viene adelantando desde las instituciones, así como las acciones desarrolladas en torno a la creación de un política para la discapacidad surgen varios interrogantes, que me parece, van  más allá de plantear una  perspectiva de derechos, no porque no crea en esta, o porque no me interesa apoyarla. Creo que es necesario tener claro que una cosa es el campo de la política y otro el de las acciones que desarrollan las instituciones dentro del marco de un discurso de la inclusión. Así mismo, y como parte de mi experiencia de trabajo en zonas populares donde los discursos de las políticas no resuenan con la misma fuerza y donde las condiciones de vida, contrario a lo que pueden pensar quien  no es habitante estos sectores, dificultan el  acceso y la posibilidad de hacer que los derechos se hagan  una realidad, este laboratorio  me confronta sobre la realidad de las personas discapacitadas que están situación de pobreza extrema y miseria. Y bueno, luego de observar la presentación de la organización voces del silencio, en la que niños, niñas  y jóvenes: sordos, ciegos y sordos ciegos. Interpretaban temas musicales en medio de un ambiente tremendamente endulzado y de paso “exotizado” me preguntaba, y de paso afirmaba las diferencias ante una clase social distinta, pensando que la discapacidad en medio de la pobreza se vive de  otras formas, a pesar de los discursos que pretenden igualarlas, condiciones ni mejores   peores, pero si diferentes. Sentí algo de envidia y a la vez  preocupación ¿cómo será ser sordociego en Usme, en Soacha, en Ciudad Bolívar, cuando no hay dinero para pagar un formador personalizado? ¿Cómo será la realidad en las zonas  rurales de Bogotá, en las lejanas tierras de Sumapaz donde no se hacen estos “conciertos”?... recuentos de las visitas de Fonseca, Shakira y otros más. La discapacidad también puede hacerse “fashion” como buena parte de la realidad, es fenómeno de pasarela, arranca lágrimas de ternura y patriotismo.

Nota: me imaginaba un concierto en lenguaje de  señas en el que en verdad  yo tuviera que adaptarme al otro, pero bueno se trató de una “fono mímica” elegante, al estilo arte lindo para hacer feliz y no herir susceptibilidades, con presentadora al estilo noticiero actual. 

 Los del arte y la pedagogía

 Dentro del intercambio de experiencias y maneras de hacer, empiezan  a  aparecer puntos en común en los que el arte tiene un papel  central. Se puede apreciar como las diferencias iniciales ceden ante los sitios comunes. Cada uno y cada una desde una disciplina diferente abordan el trabajo en torno a la discapacidad y de paso plantea o ejecuta la posibilidad del arte como punto de partida o de llegada en su trabajo.

Es interesante resaltar como el teatro y la danza son  aspectos comunes, coincidencias. Así  como la plástica en menor medida, pero en todo caso el arte y la posibilidad de verlo como medio o como fin orienta parte de la experiencia tanto en el aspecto personal como laboral y en las mezclas que se dan entre estos. No sobra agregar que aunque no todos provienen de un trabajo en torno al arte, este es  un “elemento” que de cierto modo nos ha aglutinado, que puede ser posibilidad de alimento para cada  uno y cada una, en lo que hace, en lo pedagógico, en lo metodológico, en fin, explorarse a sí mismo, conocerse y conocer a otros. Darse la oportunidad de ver otros cuerpos diferentes, singulares, conscientes y no conscientes de sus capacidades, pero en todo caso dispuestos a ir un poco más allá.

Un espacio desde el que sin tener un conocimiento específico sobre discapacidad, asumo que algo puedo aportar.

Los de la discapacidad misma 

Me interesa y me llama la atención la manera en que el termino discapacidad empieza a hacerse ambiguo, no con el fin de negarla o de pretender una actitud irresponsable, pero si como la opción de encontrar con el otro y la otra las carencias y las habilidades que cada uno posee.  Ser consciente de estas, o al menos intentarlo.

Sobre los Ejercicios de Dibujo Colectivo

Por: Orlando Pión Mayorga

Cordial saludo.

Para mí este ejercicio es extremadamente retante, muy difícil.

En un principio abordado como artista o creador individual me faltó una puesta en común del principio, o idea como punto de partida, pues para mí es vital este común acuerdo para crear una obra con sentido y con unidad. De hecho creo que es un proceso que lleva tiempo y otras herramientas más para poder desarrollar procesos colectivos que permitan a su vez crear obras artísticas o espacios de improvisación de donde salgan obras artísticas.

La otra alternativa que descubrí y puse en práctica es la de expresarme y permitir que todas las otras personas se expresen sin hacerle caso al resultado o a los acuerdos previos. Esto lo hice comenzando pequeños dibujos y dejándolos a medio camino para que otra persona, si le atraía, lo continuara, también continué dibujos ya comenzados o que a mi gusto, se le podían realizar mejoras o cambios. De esta forma de abordar el ejercicio salen cosas muy sorprendentes y divertidas.

Creo que gran parte de la “dificultad” que declaro en este ejercicio se genera en ni animadversión de ser parte de un dibujo lleno de objetos “comunes” y hechos en forma de “receta”, sin dejar de aceptar que estas formulas pueden tener validez en determinado momento. Meditando y rumiando el ejercicio encuentro muchos momentos y hechos interesantes, formativos, exploratorios.

Tercera Sesión

Modulo 1 -3era Parte


(respecto al dibujo de colonización)
Por: mAia

Nos movemos a partir de la singularidad y de la manera como asumimos la vida, esto nos guía en la manera como actuamos, en como nos relacionamos y en la manera que enfrentamos las situaciones cotidianas.

La riqueza de la diferencia es la que nos nutre como seres humanos, debemos hacer conciliaciones en todos los ámbitos, para encontrar las formas en que cada uno de nosotros participe pasivamente o activamente frente a las decisiones que nos unen como comunidad.

Siempre hay algo que decir y que aportar al otro. Cuando hacemos conciliaciones encontramos los puntos en común y las diferencias que nos hacen particulares.

Hasta donde podemos ceder?

Hasta donde podemos salirnos de nuestra individualidad? Cómo comprender otros intereses?